¡Guauú, que rico! Aquí en la mesa tenemos una taza enorme llena de chocolate caliente recién hecha. Se ve que está calentito, con el vapor elevándose en volutas. El chocolate es bien espeso y cremoso, de ese que te chupa los cachetes de lo rico que está. Encima flotan unos malvaviscos blanditos, derritiéndose despacito en el chocolate. ¡Qué ganas de mojar unos buñuelos ahí!
Al lado hay una cuchara y un bote de crema chantilly para echarle un chorretón encima al chocolate. Yo personalmente le pondría un monton, para que se haga esa espumita blanquita por todos lados. ¡Ñam, ñam!
Agarra tus colores y dale alegría a este dibujito. Pinta la taza de rojo pasión y el chocolate de marrón chocolate, obvio. Los malvaviscos pueden ser blancos puros o un poquito doraditos después de chapotear en el chocolate. ¡A mien se me hace la boca agua solo de verlo!
Cuando lo estés coloreando, imaginate tomando un sorbo bien grande de esta delicia. Cierra los ojos y sentir el chocolate calentito bajando por tu garganta… ¡una chulada! Bueno, ya me antojó uno bien rico. ¡A colorear!